Translate

domingo, 24 de junio de 2012

Dependiente infeliz, consumidor pasivo

No es lo peor que te puede pasar como para llegar a casa y escribir un post pero, ¿y por qué no?

Hace dos o tres días, entré a echar un vistazo a lo que empezaban a ser las rebajas de Blanco (Calle Preciados). Y cayó una camiseta. Con tan mala suerte, que no me quitaron la alarma.


Con el jaleo entiendo que puedan despistarse y no le das ninguna importancia. Mañana o pasado voy a un Blanco a que me la quiten. ¡Incluso llegas a pensar que igual en cualquier tienda te podrían hacer el favor! Vaya tontería.

¡Ay, alma cándida! En otro Blanco (Calle Goya) poco ha faltado para mandarme, de nuevo, a la Calle Preciados. Y atención a la conversación entre compañeros:

@LetyBoop - ¡Hola! Vengo a ver si me puedes quitar la alarma, por favor. 
Chica - Claro, ¿me dejas el ticket de compra?

Entrego la bolsa. 

Chico - No se la quites, que se vaya a Preciados.
Chica - ¿Por?
Chico - Llama a... (Jefa de tienda)

Espero paciente cinco minutos.

Jefa de tienda - ¿Qué pasa?
Chica - ¿Le quitamos la alarma? La compra es de Preciados.
Jefa de tienda - Sí, claro.

Quiero hacer el esfuerzo por comprender a este compañero, pero sinceramente creo que a su madre nunca le han regalado perejil en la pescadería. Aunque parezca increíble, todavía hay algunos que creen que la mejor atención que se puede dar a un cliente es quedando por encima o simplemente fastidiando. No hay que olvidar que un buen vendedor es el brazo más hábil de una marca y, por desgracia, últimamente muchas parecen mancas.

Lo más triste es precisamente eso, saber que como ese chico, hay muchos/as. Me hago una, dos y hasta tres preguntas: ¿El cliente más joven se está acostumbrando a esa falta de cariño, cuidado y atención por parte de estas cadenas de ropa? ¿Será un cliente valiente o débil en el futuro? ¿Desaparecerán las hojas de reclamaciones? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario