Son muchos los que afirman que el principal responsable de la obesidad infantil ha sido un marketing muy agresivo, otros que se debe a una mala educación alimentaria.
La alarma social está ahí pero, después de que todos abriésemos la boca, indignadísimos, siguen siendo los padres los únicos en ingeniárselas para que los niños se coman el puré.
No consiste solo en retirar máquinas expendedoras de los colegios, las marcas deberían trabajar más en este aspecto. Por ejemplo, está más que demostrado que un buen diseño del packaging es un excelente aliado para la venta de cualquier producto y, tratándose de niños, ¿por qué no contribuir?
Eso es lo que está haciendo Sunset, una empresa canadiense, con los Candy Tomatoes. Se trata de una variedad de tomates más dulces, que se presentan en un envase perfecto para la merienda.
El esfuerzo de hacer un snack algo más saludable, con un diseño más divertido, que atraiga la mirada de los más pequeños, unido a un formato 'on the go', tan solo puede tener un resultado de éxito.
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